Hotel Arts Barcelona
Última reserva hace 10 horas
Nos alojamos dos noches por nuestro primer aniversario en este hotel y desde el momento en que llegamos nos hicieron sentir como en casa. Reservamos una penthouse en la planta 36/37 simplemente maravillosa. Se trata de un dúplex de 150m2 aproximadamente que contaba con todas las comodidades. La distribución de la primera planta estaba formada por un salón / comedor, cocina independiente y aseo mientras que en la parte de arriba se encontraba el dormitorio con un baño completo, tocador y vestidor para cada uno. Todo el apartamento, tanto en la planta 1 como en la 2, estaba rodeado de grandes ventanales que nos permitían disfrutar de una vista panorámica a la ciudad de Barcelona, y esta fue una de las cosas que más me impresionaron, sobre todo cuando tienes la majestuosa Sagrada Familia de frente. Por la noche, cuando la ciudad estaba iluminada, era francamente espectacular, una sensación mágica tanto para tomar una copa de champagne como para descansar. El estilo de la habitación era elegante y a pesar de los años que tiene el hotel, bastante sofisticado, con mobiliario de madera tallada a mano y mármol blanco. Además, nos recibieron con un precioso detalle de bienvenida personalizado para nosotros que nos emocionó muchísimo. Para llegar a nuestro penthouse teníamos que subir en ascensor a otra planta donde se encontraba una recepción privada y conectar con otro ascensor independiente para llegar a las penthouses que se traducía en cierta privacidad y exclusividad. Tuvimos acceso a El Club, un espacio localizado en la planta 33 del hotel y que solo algunas habitaciones forman parte de él. Es un entorno en el que convergen el confort de un private lounge con vistas priveligiadas y un buffet exclusivo en el que se sirven cinco degustaciones diferentes a lo largo del día. El trato por parte de todo el personal fue exquisito. Por otra parte, también tuvimos la oportunidad de acceder al spa, localizado en la última planta del hotel y además, exclusivamente para nosotros durante 45min. Es un spa pequeño pero muy bien aprovechado, con unas vistas increíbles al puerto de Barcelona, tanto desde el jacuzzi como desde la sauna. Además, en la planta inferior hay una terraza solarium perfecta para descansar y disfrutar de las maravillosas vistas. Además, este hotel cuenta con dos piscinas y un jacuzzi. Un piscina enfocada para todos los públicos (más familiar) y otra piscina infinity muy bonita, Adults only, la cual disfrutamos muchísimo. Para completar la experiencia, comimos en el restaurante Marina Coastal Club, ubicado en la zona de las piscinas y que dispone de tres ambientes para disfrutar según la ocasión. La comida estaba espectacular. Por último, y quizás es la parte que menos me gustó, fue la del Buffet para desayunar, no tanto por la calidad del producto que podría calificar de notable (salvo la tortilla de patata) sino por el servicio. Había mucho personal joven e inexperto, perdidos en ciertos momentos y eso debería mejorar, sobre todo en un hotel
Fabuloso
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