Usuario invitado
30 de enero de 2024
Fonda Molinero es un pequeño alojamiento familiar, en el que vais a encontrar un trato cercano, comida casera y un edificio y habitaciones que conservan el sabor de cuando fue inaugurada en 1914. Todas estas características para mí crean el encanto de Fonda Molinero. Las habitaciones son sencillas, pero muy limpias, amplias, donde se combinan camas nuevas y mobiliario de antaño; el cuarto de baño tiene todo lo necesario (productos, secador de pelo, calefactor) y una ducha perfecta. El lugar es silencioso y proporciona un descanso reparador. En su comedor, puedes elegir platos caseros del menú y por la noche, pizzas muy ricas. Nos ha gustado mucho la estancia, si volvemos a Atienza, no dudaremos en repetir.