Usuario invitado
24 de noviembre de 2021
Para visitar el Caminito del rey, elegimos este alojamiento: una casa antigua, de pocas pero espaciosas habitaciones, desayuno incluido en el precio y un magnífico y tranquilo patio con piscina. También se puede cenar. La limpieza es impecable, la tranquilidad una constante y los precios, bastante razonables. Las habitaciones disponen de baño, son cómodas y hay en ellas agua de cortesía, que reponen a diario, ya que el agua del grifo no se debe tomar en esta zona. El anfitrión, belga, ofrece también una variada gama de cervezas de aquí y de allí. Lo que menos nos ha gustado es lo incómodo fue el acceso en coche, harto complicado, sobre todo si se llega por la noche y no se conoce la zona. La decoración taurino/religiosa tampoco nos gustó mucho, en un sitio tan bonito... Lo que más, la limpieza en toda la casa, la calidez y amabilidad de quienes atienden y la tranquilidad del lugar. Una buena elección para visitar esa zona...