Guía de viaje a Maldivas: las vacaciones que siempre soñaste

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La primera pregunta que quizá te hagas a la hora organizar tu viaje a Maldivas es: ¿cuál es la mejor forma de viajar y moverme por el archipiélago? En un país formado por más de mil islas diminutas en mitad del océano, la respuesta es obvia: por mar y aire. Malé, la capital de Maldivas, alberga el aeropuerto internacional más grande del país, al que puedes llegar fácilmente en un vuelo con escala en Abu Dabi, Doha o Estambul. Y este verano con vuelo directo de Iberia desde Madrid durante los meses de julio y agosto. Otros aeropuertos con conexiones internacionales son los de Addu, Haa y Alifu, pero desde Malé puedes llegar a prácticamente todas las islas de Maldivas en hidroavión, desde donde tendrás de unas vistas igualables de su peculiar geografía.

Una vez en Maldivas, lo más frecuente es usar ferris y embarcaciones pequeñas para hacer trayectos cortos entre islas cercanas o pertenecientes al mismo atolón, que además no suelen ser demasiado caros. El tamaño reducido de la mayoría de las islas también te permite olvidarte por completo del coche y llegar andando o en bicicleta a todos lados, aunque muchos alojamientos suelen poner a disposición de los clientes un servicio de transporte para la máxima comodidad. Como verás, el transporte no será ningún problema durante tu viaje a Maldivas.

Las islas de las Maldivas se agrupan principalmente en unas formaciones más o menos circulares a las que se les conoce como atolones. En cada uno de los 26 atolones que conforman el país encontrarás infinidad de hoteles y resorts que han sabido integrarse a la perfección con los paisajes de este entorno tan idílico. En general, en Maldivas no verás grandes edificios con muchas plantas, sino pequeños hoteles o villas encantadoras que suelen situarse en primera línea de playa o a lo largo de las típicas plataformas de madera sobre las apacibles aguas del mar. El estilo de estos alojamientos tan distintivos es una preciosidad, por dentro suelen contar con todas las comodidades y, en su mayoría, tienen acceso directo las aguas más cristalinas jamás hayas imaginado. ¡Un sueño que puedes hacer realidad!

Con tantas posibilidades, es normal que no tengas claro dónde alojarte en tu viaje a Maldivas. Pero no te preocupes, vayas donde vayas vivirás una experiencia inolvidable. En vez de dedicar tiempo a escoger entre sus casi 1200 islas, lo mejor es centrarte en elegir un alojamiento que se adapte a tu presupuesto y necesidades, como el lujoso Taj Exotica Resort & Spa, en la isla de Emboodhu Finolhu, o el acogedor The Barefoot Eco Hotel, una opción más asequible pero igual de fantástica en la isla de Hanimaadhoo.

Lo bueno de Maldivas es que no necesitas tener un plan de actividades cerrado para pasarlo en grande durante las vacaciones. La mejor idea es dejarse llevar y decidir sobre la marcha qué te apetece hacer cada día. La opción más popular, sin lugar a dudas, es disfrutar de las que suelen considerarse las playas más impresionantes del mundo. En cuanto veas el color blanco radiante de la arena, te bañes en unas aguas tan claras que te permiten ver el fondo marino, y te tumbes bajo la sombra de una palmera a contemplar paisajes vírgenes con una bebida refrescante en la mano, te preguntarás por qué no has hecho este viaje a Maldivas antes.

Sin embargo, aparte de las playas, estas islas ofrecen todo un abanico de actividades para todos los gustos. Practicar submarinismo o snorkel es una de las mejores maneras de descubrir el espectáculo de formas y colores que ofrecen los arrecifes de coral de las Maldivas, pero recuerda siempre respetar las indicaciones locales para preservar este tesoro vivo de la naturaleza. Otra opción es alquilar un kayak o una tabla de paddle surf para disfrutar de las islas desde una perspectiva diferente. Por último, si reservas un alojamiento con instalaciones deportivas como The Sun Siyam Iru Fushi Maldives, puedes jugar una partida de tenis o bádminton en las pistas del resort y, luego, ir a probar un buen plato de pescado a la brasa al estilo de las Maldivas en alguno de sus restaurantes.

Aunque Maldivas no es el típico destino en el que debes visitar una serie de puntos preestablecidos, es posible encontrar lugares muy curiosos e interesantes. Una de las opciones que más demandan los turistas es visitar una isla desierta o un banco de arena, donde te sentirás como un náufrago en medio del océano durante unas horas alejado de toda civilización. Otra posibilidad, si te alojas en alguno de los atolones más septentrionales, es visitar la fascinante playa de Vaadhoo, famosa por brillar por la noche debido a un fenómeno natural de bioluminiscencia. Una experiencia única que te hará recordar para siempre tu viaje a Maldivas.

Si te organizas bien, también es buena idea dedicar una mañana o una tarde a descubrir sin prisas la ciudad de Malé. En sus poco más de 6 km cuadrados, puedes visitar el Museo Nacional de las Maldivas para conocer más a fondo la historia del país, dar una vuelta por un mercado para ver un sinfín de productos exóticos indescriptibles, o acercarte a admirar la bonita arquitectura del antiguo palacio presidencial Muleeagee o de sus múltiples mezquitas. En cualquier caso, recuerda que en Maldivas no importa cuántos sitios veas, sino cuántas sensaciones distintas experimentes.

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